Bienestar a los 60: el arte de cuidar sin rendirse

Bienestar a los 60: el arte de cuidar sin rendirse

A los 60 años, una mujer ya no tiene que demostrar nada, pero sí tiene mucho que cuidar. No se trata de parecer joven, sino de mantenerse libre: libre para moverse, pensar con claridad, dormir bien y tener energía para hacer lo que le gusta. Ahí es donde entra en juego un verdadero régimen de bienestar —no una dieta castigo ni un plan fitness extremo, sino un conjunto de hábitos que sostienen el cuerpo sin agotarlo, y la mente sin sobrecargarla.


A esta edad, el metabolismo se ralentiza, los músculos se reducen, los huesos se debilitan y las hormonas toman otro rumbo. Si una sigue comiendo, durmiendo y moviéndose como a los 40, el cuerpo no responde igual. Aparece el cansancio crónico, dolores articulares, sueño interrumpido, cambios de humor, memoria nublada... todo eso no es "normal", son señales de que algo está fuera de equilibrio.


El régimen de bienestar es una estrategia integral: nutrición, movimiento, descanso y salud mental.


En cuanto a la alimentación, el objetivo es nutrir sin inflamar. Menos azúcar, menos productos ultraprocesados, más verduras de colores, proteínas fáciles de digerir y grasas buenas (aceite de oliva, pescado azul, aguacate). El calcio y la vitamina D son clave para los huesos, pero muchas veces se olvidan. Y el agua, que parece obvia, pero a esta edad, mantenerse bien hidratada marca la diferencia —también en la mente.


El movimiento no tiene que ser intenso, pero sí constante. Caminar a paso ligero, hacer yoga, nadar, algo de fortalecimiento suave... todo lo que mantenga la movilidad y la masa muscular es una inversión directa en la autonomía del futuro. Y además, moverse también estimula la mente.


El sueño se vuelve más caprichoso. Un buen régimen de bienestar implica ajustar la rutina nocturna: menos pantallas, más calma, dormir en un ambiente fresco, respetar los ritmos. Dormir bien no es lujo, es medicina.


Y luego está la cabeza. El bienestar mental depende de los vínculos sociales, los proyectos, la calma interior y un poco de propósito. La soledad, el estrés constante o la sensación de estar "en el tramo final" son tóxicos. Leer, aprender, crear, rodearse de personas vivas, contribuir... todo eso es terapia.


A los 60, una mujer puede estar más sana que a los 40 si decide aliarse con su cuerpo. No para luchar contra el envejecimiento, sino para habitarlo con inteligencia. Ese es el verdadero régimen de bienestar: una forma de resistencia elegante.


¿Quieres que lo oriente más hacia lo emocional, lo médico, o lo práctico? Puedo afinar.

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Jane Doe

Clara Jiménez

Clara Jiménez está apasionada por la salud femenina y el arte de envejecer con poder. Desde hace 15 años acompaña a mujeres a reconectar con su cuerpo y su energía